lunes, 6 de julio de 2009

Toda una vida en el barrio

El paso de los camiones de remolacha y sandías por el puente viejo era el momento ideal para Luís Carranco Reyes y sus amigos, cuando aún eran niños, para comenzar a arrojar la mercancía que transportaban, “nos subíamos y tirábamos las remolachas y sandías para venderlas después a los que tenían cerdos en cría”.

Nació en 1940, en la antigua casa de los Herrera, en la calle Navarra, en lo que era conocido popularmente como Villa Fatiga, “viví en la parte de arriba de una tienda de comestibles que pertenecía al propietario, Joaquín Herrera”.

Cuando contrajo matrimonio con Antonia Vega García en la Iglesia vieja, compró una vivienda en La Papachina, en 1966, por 225.000 pesetas de las antiguas, para pasar a vivir unos años más tarde en los pisos de la RENFE.

Luís es también conocido en el barrio por el bar Carranco, perteneciente a su hermano, Manuel Carranco, ubicado antiguamente junto a la tienda de comestibles de María Josefa.

Lugares como la frutería del Manco, la carbonería o la herrería, donde se hacían carros, permanecen en la memoria de Luís Carranco junto a personas como Vito Varela, “antiguo alcalde”, los Zúñiga o Amadeo el barbero.

Como anécdota recalca las carreras de caballos de cinta que se hacían debajo del puente viejo del 29, lugar donde también se realizaban las fiestas populares.

Luís Carranco manifiesta contundentemente una y otra vez “yo no he salido del barrio” pero su afirmación está repleta de orgullo y satisfacción por haber vivido siempre en el lugar en el que su hijo, ahora, también lo hace.

“Hay que seguir con las exposiciones del barrio, y el libro también, estoy deseando ver el segundo y la exposición próxima, las anteriores me han encantado”.

Luís Carranco Reyes

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