Las riadas de 1956, 1957 y 1958 son un recuerdo claro en la memoria de 
Rafael Limones Gil, “íbamos al colegio de Tercia, pero cuando llovía nos quedábamos en casa”.
Nació en la fábrica de Colores en 1947, ubicada en el margen derecho de la carretera de La Rinconada, de la que aún hoy en día se conserva la chimenea.
San Jerónimo es un barrio que a lo largo de su historia ha destacado por el potente desarrollo industrial con el que ha convivido, la fábrica de losetas, la de Sanita, la fábrica de vela, la fábrica de abonos, la de Los Certales, muy conocida por la fabricación de vagones, o la Cross así lo atestiguan.
La persona de Los Certales es rememorada con afecto por Rafael Limones “fue una persona caritativa, puso un grifo que a determinadas horas repartía agua. Allí íbamos con los cacharros y se formaban unas largas colas. El día que había alguna reyerta entre los vecinos el agua se cortaba”.
“Hoy vivo en Demo” pero Rafael Limones pasó gran parte de su vida próximo a la carretera de La Rinconada “para ir hasta el centro de San Jerónimo pasábamos por lo que era el manchón donde actualmente están los pisos del Patronato, allí había más barro que otra cosa”.
Durante este periodo en la zona del Higuerón había 108 chozas. Las viviendas del Patronato hicieron que muchas de esas personas tuvieran al fin una vivienda digna.
El movimiento obrero en San Jerónimo ocupó y cumplió un episodio muy importante en 1968 con las reivindicaciones de los trabajadores de FASA-Renault, donde Rafael lleva 35 años, “eran años muy bonitos de recordar pero muy difíciles de pasar, auque yo entré en FASA en 1969 recuerdo la solidaridad del barrio y el apoyo que le ofrecieron a los empleados en la Huelga del 68”.
Rafael Limones no quiere dejar pasar por alto muchos de los compañeros que le siguieron en la lucha sindical, a la que estuvo vinculado 14 años con su afiliación a Comisiones Obreras. Florentino, Velázquez, Antonio Brioso, Manolo Fernández Montes y los empleados de los talleres de la RENFE son sólo algunos de los nombres que Rafael rescata de su pasado y que a pesar del transcurrir del tiempo aún recuerda con claridad porque este movimiento formó parte de la historia del barrio y marcó los derechos de sus trabajadores.
Rafael Limones Gil
Rafael Limones Gil, “íbamos al colegio de Tercia, pero cuando llovía nos quedábamos en casa”.Nació en la fábrica de Colores en 1947, ubicada en el margen derecho de la carretera de La Rinconada, de la que aún hoy en día se conserva la chimenea.
San Jerónimo es un barrio que a lo largo de su historia ha destacado por el potente desarrollo industrial con el que ha convivido, la fábrica de losetas, la de Sanita, la fábrica de vela, la fábrica de abonos, la de Los Certales, muy conocida por la fabricación de vagones, o la Cross así lo atestiguan.
La persona de Los Certales es rememorada con afecto por Rafael Limones “fue una persona caritativa, puso un grifo que a determinadas horas repartía agua. Allí íbamos con los cacharros y se formaban unas largas colas. El día que había alguna reyerta entre los vecinos el agua se cortaba”.
“Hoy vivo en Demo” pero Rafael Limones pasó gran parte de su vida próximo a la carretera de La Rinconada “para ir hasta el centro de San Jerónimo pasábamos por lo que era el manchón donde actualmente están los pisos del Patronato, allí había más barro que otra cosa”.
Durante este periodo en la zona del Higuerón había 108 chozas. Las viviendas del Patronato hicieron que muchas de esas personas tuvieran al fin una vivienda digna.
El movimiento obrero en San Jerónimo ocupó y cumplió un episodio muy importante en 1968 con las reivindicaciones de los trabajadores de FASA-Renault, donde Rafael lleva 35 años, “eran años muy bonitos de recordar pero muy difíciles de pasar, auque yo entré en FASA en 1969 recuerdo la solidaridad del barrio y el apoyo que le ofrecieron a los empleados en la Huelga del 68”.
Rafael Limones no quiere dejar pasar por alto muchos de los compañeros que le siguieron en la lucha sindical, a la que estuvo vinculado 14 años con su afiliación a Comisiones Obreras. Florentino, Velázquez, Antonio Brioso, Manolo Fernández Montes y los empleados de los talleres de la RENFE son sólo algunos de los nombres que Rafael rescata de su pasado y que a pesar del transcurrir del tiempo aún recuerda con claridad porque este movimiento formó parte de la historia del barrio y marcó los derechos de sus trabajadores.
Rafael Limones Gil
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