lunes, 6 de julio de 2009

Entre la velocidad y la farmacia

Las motos son su pasión, tiene motos antiguas restauradas, conservadas a lo largo de su vida. Recuerda con especial cariño “el mosquito”, una motocicleta, que pudo comprar por “dos ó tres mil pesetas” con los primeros ahorros que consiguió trabajando. Pero Juan es conocido en San Jerónimo por la profesión que ha desempeñado toda su vida en un lugar emblemático que ha marcado la historia del barrio, la farmacia.

Juanito el de la farmacia, como es conocido popularmente, llegó a San Jerónimo cuando tenía 15 años e inmediatamente comenzó a trabajar como mancebo de farmacia, “en aquellos tiempos era la única farmacia que había en el barrio y el sueldo era de 700 u 800 pesetas al mes”.

Procedente de la barriada de Bellavista, en la que ya inició su andadura profesional con tan sólo 9 años, Juan pasaba los días completos en el interior de la farmacia “allí dormía, pasaba noche y día dentro. María me hacía la comida, la cama...Sólo iba a casa algún que otro domingo, si el farmacéutico venía”.

El local ubicado en principio en la esquina de la calle Extremadura, pasó más tarde a la calle Doctor Rivas cuando Augusto, militar farmacéutico retirado la ubicó allí. Juan recuerda como la apertura de la farmacia de la calle Vascongadas, hoy Medina de Galnares desahogó un poco el duro e intenso trabajo que concentraba el que sólo hubiese una farmacia en la barriada. Esta nueva situación le permitió ir en más ocasiones a casa, Bellavista.

De su experiencia como farmacéutico rescata momentos inolvidables “conocía a todos los enfermos, se llevaba un seguimiento de ellos. La farmacia ha sido siempre el centro de confianza del cliente, donde éste depositaba su fe, donde se escuchaba al cliente”. Pero el paso de los años le ha hecho comprobar como este ambiente se ha ido difuminando “hoy todo va más deprisa. La gente cuenta sus problemas pero desde un punto de vista más profesional”.

Durante los 47 años que lleva en el barrio como farmacéutico Juan López ha hecho análisis, ha visitado enfermos, “me he llenado de barro para ir al Vacie, a la Bachillera o a la Verea”, ha puesto inyecciones..., “todo por amor, por dedicación, sin ningún interés, sin esperar nada a cambio”.

Con el paso de los años reconoce a sus 62 años que necesita un descanso, pero “echaría de menos todo esto. Conozco en San Jerónimo a más personas que en Bellavista, auque nunca me quedé a vivir definitivamente en este barrio por el cariño que le tengo a Bellavista, allí vive toda mi familia y yo me crié”.

El niño del “panaero”, el niño de la botica, el niño que corría en la moto, son algunos de los motes que este farmacéutico apasionado del mundo de las motos se ganó entre sus vecinos, “he participado en campeonatos de Europa, he sido campeón de España y de Andalucía”.

Una vida de dedicación plena a la farmacia y de entusiasmo por la velocidad que se completa con un cariño muy especial hacia el barrio que le vio crecer como persona y profesional.

Juan López Iglesias “Juanito el Botica”

No hay comentarios: