lunes, 6 de julio de 2009

El orgullo de ser de un barrio


Nace el 1 de agosto del año 29, coincidiendo con la Exposición Iberoamericana. Su madre da a luz en la actual calle Extremadura, en una casa de vecinos localizada en la Peña de San Jerónimo y que era conocida como el Corral del Alpargatero, porque allí había un hombre que fabricaba alpargatas de esparto. De allí pasó a vivir a la Casa de Chagartegui.

Los oficios le transportan a recuerdos de personajes de su infancia: Benito el zapatero, Eusebio el carnicero, el primer párroco de la Iglesia, don José Vigil Cabrerizo. Pero también guarda imágenes de los personajes de sobra conocidos en aquella época: Manuel Castro, el Neli, Olivera, el de Casa Ricardo “que era mi cuñado”...

Se colocó en una fábrica de abonos, en la que trabajaban más de 400 trabajadores. Posteriormente pasó a trabajar en la ISA como especialista tornero porque “allí se pagaba mejor”. Hablamos del año 63, en el que en San Jerónimo se fabricaba la moto Guzzi y empezaba a gestarse la transformación en la factoría Renault.

Se casa en el año 61 con una almeriense que también se había criado en San Jerónimo. El joven matrimonio se muda a la misma casa Chagartegui, donde habían residido sus padres.

Sus dos hijos, ya casados, viven también en el barrio y, orgulloso, afirma: “no nos hemos retirado de aquí ninguno”.

Evoca diversos recuerdos: de cuando le prendieron fuego a la iglesia, del polvorín que tenían allí los alemanes, de una charca llamada Villarana que se había formado cuando se llevaron arena de la zona para emplearla en la construcción de la Exposición del 29...

Si se le pide que destaque algo para terminar, no se lo piensa y contesta con rotundidad y orgullo: “que sigamos viviendo en este barrio tan a gusto como hemos vivido siempre”.

“Las exposiciones del barrio en la calle Navarra y después en calle Valencia me han gustado mucho, pude ver como era el barrio cuando era cuando era niño, gracias a vosotros por este magnífico trabajo”.

Manuel Ortiz Méndez

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