
La ISA apareció como caída del cielo. Creó muchos puestos de trabajo, animo la vida sedentaria del barrio y modernizó la mentalidad de su juventud, que se familiarizo pronto con las nuevas técnicas de la aeronáutica y el motorismo.
La ISA llenó las calles de Sevilla de "guzzis" y "mosquitos". El testimonio de la "era ISA", su proyección socioeconómica en la ciudad, trascendental en San Jerónimo, quedó perpetuado en la calle que lleva el nombre de aquel "tandem" irrepetible: Medina y Galnares.
Manuel C. Viñuelas
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